ESPAÑA SOCIEDAD Pierde la vida María Luisa Estévez, una joven de 31 años que tenía quemaduras en el 72 por ciento de su cuerpo · El resto de personas ingresadas tras la tragedia evoluciona lentamente
El accidente del vuelo JK 5022 en Barajas se cobró ayer una nueva víctima, con lo que ya son 154 las muertes del siniestro. Se trata de María Luisa Estévez González, de 31 años, que permanecía ingresada con pronóstico grave debido a quemaduras en el 72 por ciento de su cuerpo. Los otros 18 afectados que permanecen en el hospital continúan evolucionando lentamente, aunque sigue habiendo dos heridos muy graves y otro grave. Mientras, los familiares de los fallecidos, poco a poco, se recuperan de la agitación de las primeras horas, pero continúan exigiendo responsabilidades tanto al Gobierno como, sobre todo, a la compañía Spanair, con la que volvieron a reunirse. Cuatro días después del trágico siniestro, el entorno más cercano de las víctimas demandÓ mayor agilidad en la identificación de los cuerpos. Se exige, además, que alguien explique qué sucedió realmente y quién es el responsable del accidente y, en este caso, que se actúe al respecto. Con el fin de agilizar esta tarea, los allegados se reunieron el viernes con la aerolínea durante una hora y media para que les informase de las últimas novedades en torno a la investigación, aunque varios de los asistentes no obtuvieron los datos que requerían, por lo que llegaron a tachar la cita de paripé. Spanair no respondió a las preguntas que muchos de ellos le plantearon, como Victoria Esteban, que perdió a su sobrina de siete años, a su ex cuñada y a la nueva pareja de ésta, que exigió a los responsables de la firma que le contestaran por qué el aparato voló aunque «el piloto no quería despegar» y «por qué a un pasajero que quería bajar, no le dejaron». Respecto a estas duras críticas lanzadas por los allegados contra la compañía, Héctor Sandoval, portavoz de la firma, insistió en que la empresa ofrece todos los datos que puede, pero es preciso tener paciencia para conocer los detalles de la catástrofe. «La información que nosotros estamos en capacidad de proporcionar es la que la AEROLÍNEA maneja sobre algunos aspectos de nuestra operación, de nuestra empresa y su personal», destacó. A pesar de los reproches y los problemas que surgen en una situación tan complicada como esta, los afectados han desestimado unirse a través de la creación de una asociación de víCtimas como ocurrió tras el siniestro del Yak-42. Por otro lado, y en relación con la identificación de los cuerpos, algunos familiares incluso manifestaron su desconfianza por la tardanza de las pruebas de ADN y aseguraron temer que haya errores. Otros se mostraron plenamente convencidos del rigor del trabajo desempeñado por la Policía Científica. Hasta ahora han sido identificados 53 cadáveres a través de las huellas dactilares y se prevé, según el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, que en dos días se resuelva la identificación de todos. Textos tomados del periódico online diario de avila. es
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