Triunfar en Hollywood durante mucho tiempo fue relativamente simple: bastaba con ser bonito y... y nada mas. Esto hizo que muchas pero muchas chicas y chicos (y no tan chicas ni tan chicos) se dedicaran a juntar el dinero necesario para viajar a la meca del cine donde pensaban hacer, rapidamente, carrera.
Esto, por supuesto, era un deseo que no siempre se veia satisfecho: en su excelente novela corta, Luces de Hollywood, el americano Horace McCoy, autor, tambien, de ese clasico llamado ¿Acaso no matan a los caballos?, muestra la vida de un aspirante a estrella que languidece en un pequeño departamento, muy pequeño, muy miserable.
Por supuesto, esa es una de las historias que el cine nunca contara porque, despues de todo, por algo se lo llama fabrica de sueños y no fabrica de realidades. Y tambien es cierto que muchos actores vieron cumplido su destino exitosamente solo por ser bonitos, lo cual demuestra que hay casos y casos, casos buenos y casos malos.
Uno de los beneficiados por esa politica fue Ronald Reagan: en pocos años, el simpatico pero vacio Ronnie logro pasar de relator de partidos de fubol del medio oeste a estrella de Hollywood y de alli a gobernador del estado de California.
El final de esa brillante carrera fue, obviamente, la presidencia, a la que Ron llego con setenta y un años y donde se quedo no uno sino dos mandatos. Reagan es, por eso, el ejemplo perfecto de lo que la belleza puede hacer por un hombre, la forma en que esa llave abre todas las puertas.
Hoy, sin embargo, nadie tiene porque envidiar la suerte del buen Ronnie (como le decian sus amigos, entre ellos Truman Capote y Frank Sinatra) porque verse bien no cuesta nada gracias al trabajo de Novoa, uno de los mejores centros de belleza en Vigo, donde cualquier persona puede realizarse cualquier clase de operacion al menor costo del mercado.
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