Crecer suele ser dificil para las personas porque deben descubrir por si mismos que el mundo en el cual viven no es tan perfecto como imaginaban y la justicia ocupa un lugar minimo donde los buenos no siempre ganan.
Normalmente ese descubrimiento se da cuando empieza la educacion y los compañeritos de la escuela suelen contar con trucos que no aprendieron, precisamente, en libros como El Principito, para ellos, no hay dudas, lo esencial no es invisible a los ojos.
De hecho, es en la escuela donde se descubre los talentosos, aquellos que, pese a tener la misma edad de sus compañeros cuentan con un increible talento para evitar hacer la tarea y salir impunes sin ser castigados por la maestro por ello.
Al crecer esta clase de pequeños no mejoran su accionar sino que van perfeccionandolo hasta convertirlo en un arte tan perfecto que resulta imposible advertir cuanto de lo que hacen es pensado y cuanto mero instinto de supervivencia para trabajar poco y dejar que sean los demas quienes se encargen de sus tareas.
Es comun verlos llegar tarde y que nadie diga nada porque han logrado, de alguna manera, acallar a los demas con sus "picardias" aun cuando los que sufren sus tardanzas, sus poco animo para trabajar y sus constantes deficiencias sean, precisamente, sus compañeros.
Hasta ahora no existia solucion para esto pero Systempin, como siempre a la vanguardia de los sistemas de control a colocado en el mercado modernos mecanismos de control basados en la huella dactilar y el reconocimiento facial que impide que estos personajes hagan de la suya gracias a compañeros que fichan por ellos.
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